La larga vida de una enana roja (Elige tu propia estrella Parte 3)*
- Perdita Moon
- 5 ago 2022
- 3 Min. de lectura
¿A qué tanta prisa? ¡Tenemos todo el tiempo del mundo!
*Esta serie de entradas son un homenaje a la serie de libros Elige tu propia aventura, que tan buenos ratos depararon a mi alter-ego terrícola en su juventud.


Interior de una enana roja. Crédito: NASA/CXC/M. Weiss
Ha sido difícil escoger una estrella entre todas las del escaparate, pero finalmente, has decidido llevarte a casa la pequeña enana roja. Puede que no sea la elección más original (en torno al 70% de las estrellas del vecindario son de este tipo), pero las ventajas son claras: No sólo requiere menos espacio (los tamaños van desde la mitad del radio del Sol hasta el del planeta Júpiter), sino que su temperatura, relativamente baja (menos de 3.300 grados centígrados) la hace más fácil de manipular. Además, su brillo moderado (apenas el 10% del de una estrella de tipo solar) te parece muy relajante e íntimo.
Según te han dicho en la tienda, ésta es también una estrella robusta y duradera, gracias a su interior completamente convectivo, muy eficiente para mezclar el gas. A causa de esto, el helio resultante de los procesos de fusión nuclear no se acumula en el centro, lo que permite a la estrella quemar un mayor porcentaje de hidrógeno que estrellas de masa mayor. El tener una masa tan baja (menos del 25% de la masa del Sol) también ayuda, porque no necesita contrarrestar una gravedad tan fuerte como en otras estrellas.
(A decir verdad, también era el tipo de estrella más barato disponible, pero esto es secundario)

Una enana roja fulgurante puede ser una amenaza para la vida en los planetas de su entorno. Crédito: NASA, ESA & D. Player (STScI)
Jugando con planetas
Has dispuesto algunos planetas en torno a tu pequeña estrella. Sin embargo, está resultando difícil criar formas de vida. Pese a tener, aparentemente, una afinidad especial por los planetas rocosos (una buena señal), la baja temperatura de tu estrella te obliga a colocarlos muy próximos a ella si quieres tener agua líquida en su superficie. Se trata de un proceso delicado, porque el planeta podría chocar con la estrella si no se hace bien.
Finalmente has conseguido solucionar el problema forzando que el planeta siempre muestre la misma cara a la estrella, lo que implica que en un lado siempre es de día y el otro permanece en una noche perpetua… No tienes muy claro si esto es bueno para la vida o no. Después de todo, si bien la vida necesita una fuente de energía, nadie ha dicho que ésta tenga que ser necesariamente la luz de la estrella. En cualquier caso, lo que está claro es que un lado del planeta está mucho más frío que el otro. Ahora estás haciendo pruebas con la atmósfera, intentando encontrar una forma de que el calor circule.
Otro motivo de preocupación es el temperamento de tu estrella. La enana roja puede parecer tranquila, pero de vez en cuando saca el carácter. Dado que tu planeta potencialmente habitable se encuentra tan próximo a ella, temes que estas fulguraciones puedan afectarle negativamente. Tu única esperanza es que esta actividad vaya disminuyendo a medida que la estrella envejece.

Después de billones de años, tu estrella se convertirá en una enana blanca de helio, y tendrá un aspecto parecido al de esta ilustración. Crédito: ESA & NASA
¿Una estrella eterna?
Y hablando de envejecer… Pasan millones y miles de millones de años, y tu estrella sigue ahí, aparentemente inalterada. ¡En la tienda no exageraban sobre su durabilidad!
Se dice que tu estrella terminará por usar todo su hidrógeno y empezará a contraerse hasta convertirse en una enana blanca de helio. Una bola de gas todavía más pequeña, mucho más caliente y azul, que se irá enfriando poco a poco durante mucho, mucho tiempo.
Ahora bien, cuando preguntas, siempre obtienes la misma respuesta: Nadie ha visto morir a una enana roja. ¡Parece que el Universo es demasiado joven todavía para que eso haya sucedido!
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