top of page

Vivir con un Sol (Elige tu propia estrella Parte 2)*

  • Foto del escritor: Perdita Moon
    Perdita Moon
  • 22 jul 2022
  • 3 Min. de lectura

La estrella de tipo solar parecía la elección perfecta. Pero, de forma bastante repentina, las cosas empezaron a cambiar...


*Esta serie de entradas son un homenaje a la serie de libros Elige tu propia aventura, que tan buenos ratos depararon a mi alter-ego terrícola en su juventud.




Forming Solar System
Evolución de tu estrella de tipo solar. Crédito: NASA/Goddard Space Flight Center

Después de haber examinado las estrellas de la tienda, te has decidido por la de tipo solar. Y ha sido una buena elección. La estrella ha estado brillando con luz amarillenta durante cerca de diez mil millones de años, sin grandes perturbaciones. (Bueno, una tormenta de vez en cuando, pero nadie es perfecto)

Has tenido tiempo de sobra para completar el lote con algunos planetas y, después de algunas pruebas, has conseguido colocar uno de ellos a la distancia adecuada para mantener agua líquida en su superficie (una atmósfera ha resultado ser muy útil para ello también) y desarrollar algunas formas de vida. En general, sientes orgullo por tu trabajo.

Pero ahora empiezas a notar cambios en tu estrella: Parece estar aumentando de tamaño, y también volviéndose más roja. ¿Qué está pasando?


Una gigante roja

Has llamado a una médica de estrellas (también conocida como astrónoma), quien, después de un minucioso examen, concluye que algo está ocurriendo en el corazón de la estrella: ¡Se está quedando sin hidrógeno! Esto significa que la estrella ya no es capaz de producir energía suficiente para equilibrar la fuerza de gravedad. ¡Y el núcleo de la estrella se está encogiendo!

A consecuencia de todo esto, el corazón de la estrella también está calentándose. Ese calor se transfiere a las capas más externas, expandiéndolas, alejándolas más y más del núcleo, hasta que se encuentran tan lejos que su temperatura baja. De manera que la superficie de la estrella es ahora más fría que antes: Su temperatura no supera los 3.300 grados centígrados. Ésta es la causa de su color rojizo.

La estrella es también muchísimo más grande. ¡Tanto que amenaza con devorar tu pequeño planeta habitado!


Disk with gap
Así funciona: Arranque de la fusión del helio en el núcleo de una estrella de una masa solar. Crédito: T. Kallinger (University of British Columbia & Universität Wien). Traducción de la autora.


Un breve respiro

Cuando ya te vencía la desesperación, hay un destello de esperanza. ¡Parece que el proceso se ha detenido! A decir verdad, la estrella incluso parece haber disminuido un poco de tamaño, y su color es algo más amarillento. De acuerdo con la doctora, el núcleo está ahora tan caliente que ha empezado a fusionar helio, produciendo de nuevo un montón de energía. ¡Se ha restablecido el equilibrio! Y todo parece haber sucedido en cuestión de minutos.

Pero es un alivio efímero. Apenas cien mil años más tarde, la historia se repite: La estrella comienza a expandirse de nuevo. Aunque ahora ya entiendes qué está sucediendo: El núcleo debe de haberse quedado sin helio. Cierto, la estrella todavía tiene una capa de hidrógeno fusionándose, y otra de helio, pero casi todo su corazón se ha convertido en carbono (y quizá un poco de oxígeno también) y no está produciendo energía.

Así que la estrella crece y crece, enfriándose cada vez más… Las capas más externas se encuentran ya tan lejos del núcleo, y los vientos estelares son tan fuertes, que parece imposible retenerlas por más tiempo… Finalmente, como un suspiro, se dispersan por el espacio.


Solar System structure
NGC 6751, una nebulosa planetaria: El último aliento de una estrella moribunda de masa similar al Sol. Crédito: ESA, NASA & Hubble Heritage Project (STScI/AURA)


Una enana blanca

Y las sorpresas no han acabado. De repente, la nube de gas en que se ha transformado tu estrella comienza a brillar. Alguien que no ha seguido todo el proceso podría pensar que está viendo un sistema planetario en formación. Por supuesto, tú sabes que no es así, sino más bien lo contrario. De todos modos, sientes la tentación de llamar a esta nube “nebulosa planetaria”.

Sin embargo, esto no es sino el canto del cisne de tu estrella moribunda… En muy poco tiempo, tan solo unos miles de años, todo lo que queda de ella es el núcleo de carbono, desnudo y expuesto… Una bola caliente y azulada del tamaño de un planeta rocoso, rodeada de un anillo de polvo, los restos del antiguo sistema planetario. Una enana blanca que se enfriará y apagará lentamente a lo largo de miles de millones de años…


Shoemaker-Levy 9 impact on Jupiter
Un disco de polvo en torno a la enana blanca: Esto es cuanto queda de un planeta destrozado durante el catastrófico fallecimiento de la estrella. Crédito: University of Warwick/Mark A. Garlick.


Fin



Si no te gusta el final de la historia, vuelve a la entrada inicial y elige de nuevo.



Comments


Suscríbete para recibir los últimos posts

¡Gracias por suscribirte!

© 2022 por Perdita Moon, una pequeña luna mirando al espacio. Proudly created with Wix.com

bottom of page